La característica pedagógica de Antón
Semiónovich Makarenko (1888-1939) se diferencia en dos etapas principales: la
primera y fundamental la desarrolla a lo largo de dieciséis año como director de
dos comunas educativas; la segunda, hasta su temprana muerte, la dedica a
escribir y dar conferencias sobre temas pedagógicos, haciendo siempre una trasportación
de su práctica en las comunas a la educación tanto familiar como escolar.
Makarenko
no acepta que la educación deba fundamentarse sobre las necesidades del niño;
si se consideran necesidades del niño a lo sucesos
surgidos de él espontáneamente, queda abierto cl camino a todas las veleidades,
a todas las fantasías aisladas individualistas que no deben ser tenidas en
consideración. Para Makarenko las necesidades en que debe ponerse más énfasis
no son las de los niños, sino las de la colectividad, las de la sociedad, las
del país, y cl sentimiento del deber tiene que ir siempre ligado a esas
necesidades:
«La
necesidad es para nosotros hermana del deber, cíe la obligación, de las
capacidades, es 1amanifestación del interés no de un consumidor de bienes
sociales, sino de un miembro activo de la sociedad soviética, de un creador de
esos bienes.»
Makarenko
opina que «el hombre se mueve según las leyes de la sociedad humana y no sólo
según las de la naturaleza" y que, en consecuencia, el papel cíe la
educación consiste en educar esta naturaleza.
Como
se ve, es difícil encontrar unos planteamientos más alejados de la pedagogía
reformista que los de Makarenko No podía ser de otra manera en dos concepciones
tan distintas de la sociedad y del papel social del hombre y la educación como
las que hay en una y otro. Piénsese, por poner un ejemplo, que la idea de
felicidad infantil de los reformistas era una idea fundamentalmente bien dividua
lista y basada en nociones como las de espontaneidad, libertad, etc.; Makarenko
por su parte, liga la felicidad a la participación en las actividades sociales
y pone en primer plano el cumplimiento de los deberes y, responsabilidades a
ellas unidos: «En la unidad de nuestro pueblo,
En
la fidelidad al Partido, radica la felicidad de nuestros niños. de que se vive
como se debe es un componente indispensable de la felicidad .»Si su posición
teórica general es tan peculiar como acabamos de ver, no menos lo es su estilo personal,
del que vamos a analizar algunos rasgos caracterizadores.
A través de sus
obras, Makarenko gusta de presentarse a sí mismo como una personalidad fría,
cerebral, permanentemente auto controlada. Es partidario, por ejemplo, de que
el educador debe actuar sin manifestar sus sentimientos a través de la
fisonomía (recomienda «cara de desfile» a padres y maestros), de que debe
aprender a modular la voz para dar en cada momento el tono adecuado a lo que se
dice; defiende una cuidada utilización de las posibilidades del gesto, de la mímica,
en educación, etc.
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